Nueve días después de la desaparición de cinco miembros de mi familia, el 14 de agosto de 2012, siendo mi hija Milynali Piña Pérez, ciudadana norteamericana radicada en México, de 13 años de edad, mi hermano Ignacio Pérez Rodríguez, de 52 años de edad y tres sobrinos Aldo de Jesús Pérez Salazar, José Arturo y Alexis Domínguez Pérez, de 20, 20 y 16 años de edad respectivamente; cuando transitaban de regreso a casa por la carretera de Ciudad Mante, Tamaulipas, el Director General de la Policía Ministerial en Ciudad Victoria, me informó que no saldrían a buscar a mi familia porque estaba muy peligroso. Desde ese momento me vi en la necesidad de salir e iniciar la búsqueda de mi familia por cuenta propia, abandonando mi carrera profesional en Ciencias de la Comunicación. La búsqueda por cerca de 5 años, ha implicado el recorrer y reconocer las funciones, limitaciones e incapacidades de todas las instituciones de procuración de justicia, atención a víctimas y organismos de derechos humanos, tanto a nivel federal como estatal.

Así, un grupo de víctimas por la desaparición de personas, activistas e investigadores nos hemos unido con el único fin de encontrar a nuestros seres amados, a través de la defensa y promoción de los derechos humanos y forenses para crear, implementar y dar continuidad a diversos proyectos que contribuyan con la búsqueda y localización de personas desaparecidas.